Regularidad y causalidad: ¿en qué quedamos?

Esta entrada es la segunda de una serie de cuatro sobre el método científico:

  1. Una breve historia del método científico: inducción y deducción
  2. Regularidad y causalidad: ¿en qué quedamos?
  3. Abducción: el origen de las hipótesis científicas
  4. La inducción y sus demonios

En el artículo anterior esbocé una breve historia del método científico, centrándome sobre todo en la concepción de los dos modos tradicionales de razonamiento, inducción y deducción. Me gustaría examinar ahora con un poco más de detalle una de las cuestiones más debatidas en la filosofía de la ciencia: ¿es posible saltar del conocimiento de regularidades en los fenómenos al conocimiento de relaciones causales? Sobre los diversos sentidos del principio de causalidad ya escribí hace unos meses en otro artículo. En este me voy a centrar en lo que clásicamente se denomina “causalidad eficiente”, que es la noción que predomina en la ciencia moderna.

Modelos matemáticos

El método científico descrito por Francis Bacon (1561-1626) en los albores de la revolución científica pretendía descubrir la causa de un determinado fenómeno mediante la observación de regularidades que lo vinculasen a otros fenómenos. Aun así era todavía un método fundamentalmente cualitativo. Galileo Galilei (1564-1642) contribuyó sustancialmente a dar forma de leyes matemáticas a las regularidades observadas. Otros científicos coetáneos comparten en realidad este mérito, especialmente Johannes Kepler (1571-1630) con su formulación de las leyes del movimiento planetario, y hay también claros precedentes en medievales como Nicolás de Oresme (1323-1382).


Johannes Kepler (1571-1630)

Galileo estaba íntimamente convencido de que las leyes del universo están “escritas con caracteres matemáticos” (El ensayador, 1623), y a él se le atribuye el dicho: “mide lo que se puede medir, y lo que no se pueda medir, hazlo medible”. Y Kepler, antes de llegar a formular las leyes del movimiento planetario, ya estaba convencido de que el mundo físico tenía que tener una estructura matemática. Galileo, Kepler y otros como ellos creían que el universo tiene una estructura racional subyacente que está al alcance del entendimiento humano.


El modelo geométrico del Sistema Solar que presentó Kepler
en su obra Mysterium Cosmographicum (1596)

Así pues, el comienzo de la revolución científica está marcado por la creación de teorías que formalizan los fenómenos observados en forma de variables medibles, enlazadas unas con otras mediante modelos matemáticos. El fenómeno observado puede ser el movimiento de los astros, el crecimiento de las cosechas o la difusión de una epidemia como la del coronavirus. Establecer leyes matemáticas de comportamiento da la posibilidad de hacer predicciones exactas, lo cual ha sido paradigmáticamente demostrado con los muchos descubrimientos en el campo de la astronomía. La confirmación de las predicciones prueba la validez de la teoría, y una vez que ésta ha sido bien establecida, la teoría da la posibilidad de hacer nuevas predicciones en las que podemos confiar. De esta manera, los modelos matemáticos constituyen el fundamento para diseñar y construir todo tipo de artefactos tecnológicos cuyo comportamiento sea predecible con exactitud.

Pero las matemáticas no son una disciplina experimental en sí mismas. Las matemáticas se fundamentan en axiomas y pura razón, y sus resultados no requieren verificación experimental para ser válidos. El hecho de que los conceptos matemáticos sean aplicables a fenómenos físicos, incluso más allá del contexto donde fueron originalmente desarrollados, ha sido siempre motivo de perplejidad. Por ejemplo, la ley matemática de la gravitación, originalmente concebida para modelar la caída de los graves en la superficie de la tierra, fue luego utilizada también por Newton para describir el movimiento de los planetas, demostrándose exacta más allá de las expectativas “razonables”. Estas “milagrosas” conexiones entre matemáticas y física (expresión usada por el Premio Nobel de Física Eugen Wigner en su artículo de 1960, La irrazonable eficacia de la Matemática en las Ciencias Naturales) siguen siendo motivo de perplejidad para muchos físicos y filósofos. En esencia, no sabemos por qué nuestras teorías matemáticas funcionan tan bien para describir el universo físico.

Correlación no implica causación

El énfasis en la construcción de modelos matemáticos de comportamiento predecible deja abierta la siguiente cuestión: ¿es posible alcanzar las causas de los fenómenos a través de las regularidades estadísticas? Es bien conocido en el método científico que el mero establecimiento de una regularidad es insuficiente para determinar que un fenómeno es la causa de otro fenómeno. Aunque una ley matemática sea suficiente para hacer predicciones, un investigador serio no se quedará satisfecho con la formulación de una “ley empírica”, mera destilación de los resultados de observaciones repetidas, que carezca de un modelo teórico subyacente. En este sentido, el método baconiano (descubrir las causas por acuerdo, diferencia y variación concomitante) es una simplificación excesiva de la investigación científica.

Ante todo, es necesario distinguir entre mera conjunción accidental y verdadera correlación estadística de fenómenos. Una conjunción accidental es la ocurrencia simultánea de dos sucesos, sin otra relación entre ellos aparte de la coincidencia temporal. Por ejemplo, abro la puerta de mi casa y empieza a llover. Para encontrar auténticas correlaciones entre variables son esenciales los experimentos bien diseñados y el uso adecuado de herramientas estadísticas. Así pues, el primer paso es incrementar el tamaño de la muestra de sucesos: abro la puerta principal muchas veces, a distintas horas y en diferentes situaciones, y encuentro que no hay correlación entre los tipos de sucesos “abrir la puerta principal” y “empezar a llover” (¡sería extraordinario encontrar una fuerte correlación en este caso, y sin duda requeriría investigación adicional!).


¿Por qué empieza a llover cada vez que abro la puerta de casa?

Ahora bien, aun si se descubre que existe una verdadera correlación, inferir de ella una relación causa-efecto sería todavía una conclusión prematura. En otras palabras, correlación no implica causación. La creencia opuesta, que la correlación demuestra la causación, es la conocida falacia lógica “cum hoc ergo propter hoc” (en latín: con esto, por tanto a causa de esto). Una falacia similar es “post hoc ergo propter hoc” (después de esto, por tanto a causa de esto), aún más tentadora porque la secuencia temporal parece ser un elemento integral de la relación causal. En general, la mera correlación entre dos variables A y B puede ser explicada de diferentes maneras: A causa B, B causa A (causación inversa), algún otro factor desconocido C es en realidad el que causa A y B (correlación espuria), o incluso una combinación de las anteriores.

Consideremos el canto del gallo (CG) y la salida del sol (SS). Una conclusión ingenua, aparentemente sustentada en la secuencia temporal, es que CG causa SS. Pero un cuidadoso análisis de la correlación y el uso de experimentos contrafácticos (donde suprimimos la supuesta causa, a ver qué pasa) lleva fácilmente a la conclusión de que la variable independiente es SS y la dependiente es CG: el sol sale de todas formas, el gallo canta cuando el amanecer está próximo. Así pues, podemos concluir con certeza que la salida del sol causa el canto del gallo, y no al revés.


¿Por qué sale el sol cuando canta el gallo?

¿Podemos conocer la causalidad con certeza?

Ahora bien, ¿podemos de verdad llegar a esa conclusión, que la salida del sol causa el canto del gallo? Incluso una verdadera correlación no es suficiente para establecer una relación causal. El método científico requiere algún tipo de explicación adicional, una explicación causal-racional enraizada en un modelo teórico que unifique conceptos y observaciones. Algo así como “la salida del sol incrementa la intensidad de la luz, esto despierta al gallo, que entonces canta” (en realidad la explicación es algo más compleja, incluyendo un reloj biológico interno, pero no voy a entrar ahora en ello, porque sigue siendo una explicación causal).

Esta comprensión profunda de la relación causal está más allá de las observaciones y los resultados de las matemáticas, más allá de la pura correlación estadística. Lo que el método científico afirma es que la correlación es una condición necesaria, pero no suficiente, para para decir que haya causación. Ciertamente, la correlación sugiere la causación, e ignorarla sería poco inteligente, pero la correlación en sí misma no es suficiente. En otras palabras, una explicación científica es una explicación causal que exige razonar más allá de la pura regularidad matemática.


David Hume (1711- 1776)

No obstante, no todas las corrientes filosóficas aceptan este punto de vista “optimista” acerca de nuestra capacidad de conocer científicamente las causas de los fenómenos. Es decir, no aceptan que sea posible dar este salto de la regularidad a la causalidad. David Hume (1711- 1776) trató de demoler la idea de causalidad en su Investigación sobre el entendimiento humano (1748), conforme a su postulado de que conocemos sólo lo que percibimos. Según Hume, la causalidad es una pura asociación mental entre sucesos que aparecen invariablemente unidos, y que como tal no puede ser propiamente inferida de la experiencia, es decir, de la mera conjunción de sucesos. Percibimos la sucesión de fenómenos, pero no percibimos la relación causal. La conexión causal está solo en nuestras mentes, y no podemos decir a partir de la experiencia si realmente existe.


Immanuel Kant (1724-1804)

Hume, a su vez, influyó decisivamente en Immanuel Kant (1724-1804), que profundizó en la crítica a la causalidad y a la metafísica en general, negando la posibilidad de conocer racionalmente todo aquello que no esté directamente conectado con nuestra experiencia sensorial. Para Kant, solo podemos conocer racionalmente aquello que es verificable en la experiencia; el resto son elucubraciones que están más allá de la razón.

La influencia de ambos en la moderna filosofía de la ciencia es incuestionable, ya que esta forma radical de escepticismo humeano-kantiano no afecta solo a la ética, la religión y el sentido de la vida, sino a la misma concepción de la ciencia. Según este punto de vista, la causalidad está más allá de la experiencia y el método científico, sólo la correlación puede ser realmente percibida (es decir, conocida). No obstante, a pesar de lo que dijeran Hume y Kant, pienso que los científicos seguirán empeñados en encontrar explicaciones causales donde solo se “ven” correlaciones.

Por cierto, que no es muy conocido que Kant fue profesor de ciencias y desarrolló, conforme a los principios de la mecánica newtoniana, la hipótesis de la nebulosa protosolar, según la cual el sistema solar se formó por condensación a partir de una gran nube de gas en rotación. Pero esa es otra historia.

Créditos de las imágenes

https://es.wikipedia.org/wiki/Johannes_Kepler
https://pixabay.com/es/photos/puerta-paraguas-marrón-portal-casa-422406/
https://www.fincacasarejo.com/comportamiento/cantan-gallos
https://es.wikipedia.org/wiki/David_Hume
https://es.wikipedia.org/wiki/Immanuel_Kant

55 comentarios en “Regularidad y causalidad: ¿en qué quedamos?

      • James Boswell conversó con David Hume poco antes del fallecimiento de este último: «Le pregunté si no era posible que existiera un estado futuro de inmortalidad. Me respondió que era posible que un trozo de carbón colocado en el fuego no ardiera, y añadió que la idea de que existiéramos eternamente era una fantasía del todo irrazonable.»

        Este pasaje de Boswell es interesante porque demuestra que el Hume maduro aceptaba la inducción. Es el método inductivo propio de la ciencia el que nos obliga a concluir que ambas creencias -la vida de ultratumba y el carbón incombustible- son fantasías irracionales. Sabemos por inducción que no existe la inmortalidad y que si ponemos la mano en el fuego nos vamos a quemar.

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    • Gracias a los dos, José Manuel y Ricardo, bien traídas las observaciones.

      Sobre la falibilidad y la falsabilidad hablaré en los siguientes artículos, que estarán dedicados a la formación de hipótesis y al problema de la inducción.

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  1. Preguntarle a Hume por la eternidad y la inmortalidad parece un sarcasmo. Hume fue un escéptico radical que argumentó que el cerebro tiene un funcionamiento robótico o cuasi robótico, una manera compasiva de proponer que tal cerebro malamente puede conocerse a sí mismo.

    Aristóteles razonó que el universo es increado y espacialmente finito. Al ser increado no se le conoce un origen. El universo aristotélico es una especie de burbuja que contiene materia dentro de los límites de su finitud y no contiene materia fuera de esos límites.

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  2. Rawandi,

    >> el Hume maduro aceptaba la inducción

    Este es precisamente el quid de la cuestión: aceptar la inducción es contradictorio con su premisa básica de que conocemos sólo lo que percibimos. La regla general (fruto de la inducción) no se percibe, como tampoco se percibe la causalidad.

    Entonces, si al final de su vida aceptó la inducción, ¿fue porque renunció a su empiricismo radical, o fue porque le daba igual ser contradictorio?

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    • «aceptar la inducción es contradictorio con su premisa básica de que conocemos sólo lo que percibimos.»

      Por motivos de coherencia, seguramente Hume también renunció a esa premisa cuando renunció al antiinductivismo.

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      • Pero es que el postulado de que solo conocemos lo que percibimos delimita muy bien la zona de confort empiricista. Es un postulado muy claro y distinto.

        Si renunciamos a él para hacer sitio al inductivismo, ¿a dónde vamos a llegar? Si quitas el cartel de «reservado el derecho de admisión» se te colarán todo tipo de ideas indeseables (para un empiricista). Todo el edificio antimetafísico humeano se viene abajo.

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      • Cualquier postulado con implicaciones antiinductivistas desemboca necesariamente en la negación irracional de la ciencia moderna. Al renunciar a su antiinductivismo impactante pero en el fondo absurdo, Hume pudo por fin asumir la cosmovisión naturalista propia de la Ilustración (Diderot, Holbach, Condorcet), que es la única compatible con la ciencia.

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      • Más bien habría que decir:

        Al renunciar a su antiinductivismo impactante pero en el fondo absurdo, Hume pudo por fin asumir la cosmovisión naturalista propia de la Ilustración (Diderot, Holbach, Condorcet) abrir la puerta a la metafísica, que es la única compatible con la ciencia.

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      • >> La metafísica científica es naturalista (o sea, materialista).

        Afirmaciones gratuitas no requieren refutación.

        No obstante, permíteme citar a Ricardo:

        No olvidemos que el materialismo, por mucho que choque a alguno, sigue siendo una creencia metafísica, tan en la casilla de salida de su demostración como el idealismo, o el dualismo o el teismo. La única diferencia es que tras siglos nos hemos acostumbrado a él y a la mayoría su adopción le parece de “sentido común”, pero realmente no tiene ninguna ventaja más allá que nuestro apego cultural.

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      • A mi entender el único materialismo válido para las ciencias es el metodológico. El materialismo ontológico es demasiado problemático, porque es imposible explicar nuestra variedad fenoménica con un solo principio, o dos si consideramos el vacío. Es el problema de todos los monismos. Ya era problemático con Parménides y por esa razón Socrates, Platón y Aristóteles se volcaron en sistemas pluralistas.

        La propia física del siglo XX abandona esa idea de átomo como pelotitas en el vacío que podría servir de inspiración a Holbach, La Metrie o Laplace pero que era realmente ingenua. Podriamos decir que la física abandona el átomo de Democrito y Leucipo y se acerca, en cuanto a entidad ideal y matemática, a los átomos perfectos de Platón. Y es que construimos los mecanismos abstrayéndo de nuestra observación de la naturaleza, lo que no es de recibo es creer que la naturaleza es un mecanismo porque estaríamos imponiendo el modelo, la abstracción, a la realidad.

        La propia neurociencia cuando va marcada por una ontología fuerte materialista, Dennet o los Churchlands, termina en callejones sin salida. Hillary Putnam, el padre del funcionalismo, ya denunciaba que confundir materialismo con objetividad conducía a afirmaciones absurdas del tipo «No niego la existencia de una realidad física externa pero niego que pensemos sobre ella».

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      • >> El materialismo ontológico es demasiado problemático, porque es imposible explicar nuestra variedad fenoménica con un solo principio

        Exacto.

        >> lo que no es de recibo es creer que la naturaleza es un mecanismo porque estaríamos imponiendo el modelo, la abstracción, a la realidad.

        Yo no lo podría haber dicho mejor.

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      • En el siglo XVII, casi todos los científicos eran dualistas cristianos. En cambio, ahora la mayoría de los científicos es naturalista, ya que rechazan el teísmo y no creen en la inmortalidad del alma. Esta enorme transformación social no es fruto de ninguna moda cultural, como parece creer Ricardo.

        Dado que el método de la ciencia es naturalista, es evidente que la ciencia debe favorecer la cosmovisión naturalista. Y esto no se nota solo en la comunidad científica, sino también en la población general de todos los países con sistemas de educación avanzados. Los habitantes de esos países cada vez son menos religiosos (es decir, menos animistas) porque se dan cuenta de que los descubrimientos de la ciencia moderna casan mal con los dogmas dualistas del teísmo. El aumento de la incredulidad es lento porque tiene lugar sobre todo mediante el reemplazo generacional, pero según los sociólogos se trata de un fenómeno imparable.

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      • >> Esta enorme transformación social no es fruto de ninguna moda cultural, como parece creer Ricardo.

        No sé de dónde sacas que Ricardo cree eso que dices. Ricardo da argumentos de peso para refutar que el materialismo sea suficiente para explicar la realidad.

        Tú en cambio no das ningún argumento. En realidad eres tú el que apela a la moda cultural: «la mayoría de los científicos es naturalista». Pues nada, sigamos a la mayoría.

        Escuchar lo que dice la mayoría es sensato, sobre todo cuando es una mayoría ilustrada. Pero no puede ser el argumento definitivo. No lo es ahora, ni lo era en el siglo XVII cuando la mayoría ilustrada era cristiana.

        >> Dado que el método de la ciencia es naturalista, es evidente que la ciencia debe favorecer la cosmovisión naturalista.

        Esto es un error grave, que es justamente lo que ha denunciado Ricardo: imponer nuestro método de conocer, nuestra concepción, a la realidad de las cosas.

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      • «Esta enorme transformación social no es fruto de ninguna moda cultural, como parece creer Ricardo.»

        Bueno, si eso es lo que te parece ya te digo que vas errado. No utilizaría nunca un término tan frívolo para una transformación sociológica que, como todas, tiene muchas razones y causas complejas detrás.
        Espero que no te moleste si te digo que tu planteamiento tiene mucho de mito del XIX, el positivista de Comte, que describe las edades del hombre como infantil-religión, adolescente-filósofo y maduro-científico. Ironías del destino, Comte acabó propugnando una religión, la ciencia, y a él como Papa. Ni que decir tiene que la potencia económica, cultural y científica que ha dominado el mundo está llena de terraplanistas, creyentes en el transhumanismo, en las conspiraciones QAnon, negacionistas del cambio climático, creacionistas y constructores de pirámides venidos de las estrellas. La gente no ha dejado de creer cosas, algunas muy perjudiciales para los demás. ¿También esto es un fenómeno imparable para los sociólogos?

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      • «Cualquier postulado con implicaciones antiinductivistas desemboca necesariamente en la negación irracional de la ciencia moderna»

        Postulados antiinductivos, el famoso cisne negro, los dio Popper y no veo que negara irracionalmente la ciencia moderna. Lo de acusar de irracional a cualquiera que no siga a pie juntillas cierta ideología difusa es más bien dogmatismo. No puede ser irracional entender que el número de casos testados positivos dividido por el número total posible de casos siempre va a ser inferior a la unidad. Lo que es irracional es, a mi juicio, negarlo.

        Cuando se reparó en el movimiento browniano de las partículas de polen suspendidas en el agua algunos señalaron que la segunda ley de la termodinámica peligraba. Eso es un cisne negro. Para salvarla solo tuvieron que suponer algo bastante contra intuitivo: que hay dos realidades distintas, el mundo macroscópico de las leyes físicas clásicas y el mundo microscópico regido por las leyes de la cuántica. Por tanto, cuando hay interés, hay suficiente espacio para estudiar aspectos fenoménicos que en principio contradicen lo que a veces hemos aprendido con nuestra inducción. A lo que apunta esto es que las ciencias se vuelven plurales.

        El problema, para los puristas de una ciencia materialista, es el que señala Gonzalo : que habría que aceptar como ciencia (conocimiento), materias como el marxismo y el psicoanálisis, desechar el concepto de pseudociencia y olvidarnos del «problema» de la demarcación. Creo que en ello anda la filosofía de la ciencia mal que les pese a unos cuantos autoproclamados paladines de la ciencia que bogan por una ciencia idealizada e irreal.

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      • Ricardo, el diccionario define «moda» como una «costumbre que está en boga durante algún tiempo», y no me negarás que tu descripción de la creencia materialista como un «apego cultural sin ninguna ventaja real» armoniza con dicha definición. Tú afirmaste: «nos hemos acostumbrado al materialismo (…), pero realmente no tiene ninguna ventaja más allá que nuestro apego cultural.»

        Quien acepte el materialismo metodológico de la ciencia sin aceptar también el materialismo ontológico incurre en una flagrante incoherencia, ya que el propio éxito del método materialista constituye una prueba sólida de la verdad del materialismo ontológico.

        Además, los métodos definen necesariamente a quien los usa. Por ejemplo, la banda nacionalista Eta era terrorista precisamente porque usaba métodos terroristas. La aceptación del terrorismo metodológico implica la aceptación del terrorismo ontológico. Creer que uno puede asumir lo primero sin asumir también lo segundo es hacerse trampas en el solitario.

        No es verdad que la física haya abandonado a Demócrito. La ciencia moderna sostiene en esencia lo mismo que sostenía el materialista Demócrito. De hecho, el gran físico Richard Feynman afirmaba que si tuviera que quedarse con una sola idea científica sería la de que todo está hecho de átomos que se mueven en el vacío.

        Los átomos fabricados en las estrellas y dispersados por ellas se han ido combinando a lo largo de miles de millones de años y así ha surgido en nuestro planeta la materia viviente, a partir de la cual ha emergido la materia pensante.

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      • >> Quien acepte el materialismo metodológico de la ciencia sin aceptar también el materialismo ontológico incurre en una flagrante incoherencia, ya que el propio éxito del método materialista constituye una prueba sólida de la verdad del materialismo ontológico.

        Qué barbaridad. Lo único que prueba esto es tu incapacidad para distinguir (1) la realidad de (2) nuestra concepción de la realidad. O sea, eres incapaz de distinguir ontología y epistemología.

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      • «Quien acepte el materialismo metodológico de la ciencia sin aceptar también el materialismo ontológico incurre en una flagrante incoherencia, ya que el propio éxito del método materialista constituye una prueba sólida de la verdad del materialismo ontológico.»

        Eso sencillamente no es cierto. Confundes verdad con poder. La botella de Leyden funciona y la inventaron personas que creían que la electricidad era un fluido. Que algo funcione no significa que la teoría que la sustenta sea verdad. También funcionaría hoy el mecanismo de Antikitera para predecir movimientos celestes y estaba basado en la teoría geocéntrica. De hecho si algo tiene la ciencia es que se va renovando y cambiando pero la tecnología sigue funcionando.

        El materialismo es una doctrina filosófica que ha ido mutando con el paso del tiempo adaptándose a las distintas concepciones y la ciencia ni siquiera lo tiene que tener siempre en cuenta. Si hubiera sido una teoría científica y con Popper de la mano debería haber sido refutada cuando se descubrió la física cuántica. Algo así debieron intuir sus, seguidores cuando empezaron a llamarla naturalismo. Es más, a veces ha sido un lastre. Las críticas que recibió Newton por proponer la acción a distancia venían de sectores que entendían el materialismo mecanicista por contacto. O cuando Faraday construyó su concepto de campo sin necesidad de recurrir a una explicación reductiva y atomista.Ni siquiera los filósofos más pro ciencia como Bertrand Russell se han declarado materialistas.

        El problema es que para defender el materialismo lo unís a ultranza con los campos de investigación de la ciencia, pero una cosa es la ciencia y otra distinta el materialismo.

        «Por ejemplo, la banda nacionalista Eta era terrorista precisamente porque usaba métodos terroristas. La aceptación del terrorismo metodológico implica la aceptación del terrorismo ontológico.»

        ¿!? ¿Terrorismo ontológico? ¿Que demonios es eso? Alucino con el ejemplo. ETA ejercía el terror con fines políticos, no sé qué invento es ése de unir terrorismo (actividad criminal) a ontología (el ser).
        La metodología tiene sus límites en lo cuantitativo ¿que hacemos con lo que se sale fuera? En el siglo XVII se usaba metodología material pero no era incompatible con las creencias religiosas. Cuando se inventó la rueda, el arado o se calcularon eclipses la gente creía en dioses y no había ningún tipo de incompatibilidad. Ese dogmatismo de verdad metafísica incompatible lo habeis heredado de lo peor de las religiones monoteístas.

        «No es verdad que la física haya abandonado a Demócrito. La ciencia moderna sostiene en esencia lo mismo que sostenía el materialista Demócrito. De hecho, el gran físico Richard Feynman afirmaba que si tuviera que quedarse con una sola idea científica sería la de que todo está hecho de átomos que se mueven en el vacío.»

        Decir que la idea de átomo con el que se manejaba Demócrito es en esencia la de la ciencia moderna es no saber de lo que se está hablando. La teoría atomista primigenia hablaba de cuerpos sólidos irreducibles e indivisibles que se movían en el vacio, ya verás tu que tiene que ver eso con el modelo de partículas actual que desde luego no es el último. En el CERN siguen buscando otros modelos y seguirán allí hasta el fin de los tiempos o a que se les acabé el presupuesto. El nombre de átomo se puso en honor a los atomistas a la parte divisible de un elemento que conserva sus propiedades pero desde luego es divisible.
        Me parece muy bien que me cites a Feynman, un gran físico pero no se le conoce por sus logros en filosofía o metafísica. Es como si le preguntases al mecánico de tu coche su opinión, totalmente intrascendente.

        «Los átomos fabricados en las estrellas y dispersados por ellas se han ido combinando a lo largo de miles de millones de años y así ha surgido en nuestro planeta la materia viviente, a partir de la cual ha emergido la materia pensante.»

        Voltaire decía que no creía que por meter en un sacó un puñado de polvo y agitarlo hasta pasados unos cuantos de miles de millones de años se abriese el saco y saliesen cuadros, jarrones, poemas y flores. Yo soy de su misma opinión.

        Sí, todo esa cosmogénesis está muy bien pero no se explica cómo lo cualitativo, el significado, la sensación, las ideas o lo subjetivo surge de lo cuantitativo. Eso debería servir para hacer dudar a cualquier creyente pero la tuya, es una fe bien asentada. ¿No?.

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      • Gonzalo escribió.
        «Qué barbaridad. Lo único que prueba esto es tu incapacidad para distinguir (1) la realidad de (2) nuestra concepción de la realidad. O sea, eres incapaz de distinguir ontología y epistemología.»

        Como buen cartesiano. Rawandi tiene el Ojo de Dios con el que ve la Verdad.

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      • Popper es ciertamente un irracionalista en filosofía de la ciencia, como también lo son sus discípulos Kuhn, Lakatos y Feyerabend, a los cuales transmitió sus convicciones antiinductivistas. Ahora bien, el irracionalismo de Popper es bastante moderado si lo comparamos con el de sus tres discípulos, ya que estos últimos se atrevieron a profundizar en las consecuencias irracionales del antiinductivismo mucho más de lo que su maestro deseó hacerlo jamás.

        El ejemplo antiinductivista del cisne negro resulta muy poco convincente porque se refiere al fenotipo de los miembros de un grupo biológico, y todo el mundo sabe, al menos desde el Neolítico, que frecuentemente nacen organismos cuyos fenotipos se desvían del aspecto común de su propio grupo. Un ejemplo mucho mejor, que demuestra claramente la estupidez del antiinductivismo, es el del niño que coloca la mano en el fuego y casi al instante descubre una verdad inductiva que ya nunca olvidará.

        Por cierto, el materialista Mario Bunge (materialista emergentista) tiene un libro contra las pseudociencias, entre las cuales incluye el marxismo y el psicoanálisis.

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      • «Popper es ciertamente un irracionalista en filosofía de la ciencia, como también lo son sus discípulos Kuhn, Lakatos y Feyerabend, a los cuales transmitió sus convicciones antiinductivistas. Ahora bien, el irracionalismo de Popper es bastante moderado si lo comparamos con el de sus tres discípulos, ya que estos últimos se atrevieron a profundizar en las consecuencias irracionales del antiinductivismo mucho más de lo que su maestro deseó hacerlo jamás.»

        ¿Algún argumento? ¿O solo es el llanto por un ideal verificacionista que nunca existió? Popper, Khun, Lakatos y Feyerabend han marcado la epistemología del siglo XX, asúmelo.

        Por cierto, ni Khun ni Feyerabend fueron discípulos de Popper, su crítica la hacen desde la propia historia de las ciencias, que es donde están los hechos. No en la mente abstracta de un filósofo que dice como debe ser la ciencia. Esta es una crítica que se le puede hacer tanto a Popper como al Círculo de Viena.

        «El ejemplo antiinductivista del cisne negro resulta muy poco convincente porque se refiere al fenotipo de los miembros de un grupo biológico, y todo el mundo sabe, al menos desde el Neolítico, que frecuentemente nacen organismos cuyos fenotipos se desvían del aspecto común de su propio grupo. Un ejemplo mucho mejor, que demuestra claramente la estupidez del antiinductivismo, es el del niño que coloca la mano en el fuego y casi al instante descubre una verdad inductiva que ya nunca olvidará.»

        ¿Todo el mundo sabe de la desviación de fenotipos desde el neolítico? Estoy seguro que esa afirmación haría enarcar las cejas a más de un antropólogo.

        Popper no niega que pueda haber conocimiento con la inducción, dice que el conocimiento científico no puede estar basado en la inducción porque si no valdría toda teoría que fuese infalsable, toda metafísica. El mismo Bunge te lo podría explicar porque la falsabilidad era uno de sus muchos tokens en su fallida teoría de la demarcación.
        Vamos, que la falsabilidad ya estaba más que aceptada, aunque según tu, sea un síntoma de irracionalidad.

        «Por cierto, el materialista Mario Bunge (materialista emergentista) tiene un libro contra las pseudociencias, entre las cuales incluye el marxismo y el psicoanálisis.»

        Y al gen egoista de Dawkin, a la psicología evolucionista, a la sociobiología, a la economía clásica…la lista de Bunge. Está bien leerlo, el problema es que su teoría de la demarcación queda en nada.

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      • «Que algo funcione no significa que la teoría que la sustenta sea verdad.»

        Cierto. Pero el materialismo metodológico de la ciencia lleva más de cuatro siglos de éxito continuado, y esta trayectoria exitosa resultaría sumamente improbable si el materialismo ontológico no fuera verdadero.

        «si algo tiene la ciencia es que se va renovando y cambiando»

        En realidad, gran parte del saber científico permanece sin cambios. Por ejemplo, las ecuaciones de Newton no cambian ni cambiarán. Ahora forman parte de la teoría de Einstein, pero nunca serán desechadas.

        «¿Terrorismo ontológico? ¿Que demonios es eso?»

        No debí usar esa expresión. Lo que digo es que el método usado define al usuario del mismo. Quien practica el terrorismo metodológico para defender sus ideales, si es coherente, reconocerá ser un terrorista. De igual modo, quien practica al materialismo metodológico para averiguar la verdad sobre el universo, si es coherente, reconocerá ser un materialista.

        «La metodología tiene sus límites en lo cuantitativo ¿que hacemos con lo que se sale fuera?»

        El método científico es la verificación empírica de las hipótesis. Por tanto, no es cierto que tenga «sus límites en lo cuantitativo». Nada queda fuera del método científico.

        «En el siglo XVII se usaba metodología material pero no era incompatible con las creencias religiosas.»

        En el siglo XVII la Iglesia te torturaba y te ejecutaba si te atrevías a negar sus dogmas. En realidad, la ciencia y la religión siempre han sido inconciliables. Lo que pasa es que ahora existe libertad de expresión y se puede exponer dicha inconciliabilidad, mientras que en el siglo XVII resultaría muy peligroso porque se vivía en un régimen teocrático.

        «La teoría atomista primigenia hablaba de cuerpos sólidos irreducibles e indivisibles»

        Hombre, estás cogiendo el rábano por las hojas. La cuestión de la indivisibilidad del átomo es un aspecto secundario. Lo esencial, como bien sabía Feynman, es la idea de los corpúsculos en movimiento que se combinan para formar todos los diversos cuerpos con sus diversas propiedades emergentes. En eso coinciden Demócrito y la ciencia moderna.

        «Voltaire decía que no creía que por meter en un sacó un puñado de polvo y agitarlo hasta pasados unos cuantos de miles de millones de años se abriese el saco y saliesen cuadros, jarrones, poemas y flores. Yo soy de su misma opinión.»

        La ignorancia de Voltaire es disculpable porque vivió en tiempos predarwinianos. Pero esa excusa no es válida en tu caso, Ricardo. Espero que tú no rechaces la teoría científica de la evolución, como hizo Popper en uno de sus momentos más irracionales.

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      • >> Nada queda fuera del método científico.

        Mmmm… ¿tal vez el mismo método científico? ¿Se establece científicamente la validez del método científico?

        Hume dijo que la inducción no se podía justificar inductivamente. En eso tenía toda la razón.

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    • Sí, lo de Hume me parece una clara petición de principio.

      Por otro lado, y al hilo de lo que expone Rawandi ¿Cómo casaría Hume ese supuesto cambio en su madurez en cuanto a la inducción con esa creencia suya tan determinista de los procesos mentales configurados por los hábitos?

      O dicho de otra manera, si Hume no creía en los cambios «internos» morales en el individuo, solo en una especie de fingimiento social, ¿cómo vería su propio cambió de parecer en cuanto a estas cuestiones? ¿O no lo vería?

      Un saludo.

      Por otro lado, si la repetición de los hábitos

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      • Muchas gracias Gonzalo.

        Lo que quería expresar es que realmente escepticismo y determinismo no casan bien. Veo incoherente soportar ambas. Desde mi punto de vista su crítica a la causalidad invalida el determinismo. Supongo que la influencia de Newton era muy grande y quería expresar un sentir más generalizado fruto del mecanicismo de la época. Quizás por eso la filosofía moral humeana, muy a lo Hobbes, sea lo que, en mi opinión, peor ha resistido el paso del tiempo.

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  3. Estoy un poco perdido con el debate. El profesor Génova escribe que según Hume la causalidad es una pura asociación mental entre sucesos que aparecen invariablemente unidos, y que como tal no puede ser propiamente inferida de la experiencia, es decir, de la mera conjunción de sucesos. Percibimos la sucesión de fenómenos, pero no percibimos la relación causal. La conexión causal está solo en nuestras mentes, y no podemos decir a partir de la experiencia si realmente existe.

    Entiendo que la “conversión” de Hume consiste en introducir un sesgo cualitativo para objetar el aspecto cuantitativo y estadístico que describe la iteración monótona de los sucesos. Si la conexión causal está solo en nuestras mentes a Hume no le quedaba otra que proponer que la experiencia mental reflexiva del observador tiene la misma o parecida validez que la investigación experimental.

    Es decir, que el observador efectúe una mirada crítica sobre sus procesos mentales correlacionales me parece la única manera de salir del bucle. Por decirlo de un modo prosaico, el Hume converso pone el énfasis en la eidética cualitativa en detrimento de la eidética cuantitativa/estadística. Si esto supone un retorno a la metafísica es algo que desconozco.

    Respecto al comentario de Rawandi acerca del naturalismo comentar que el filósofo germano Markus Gabriel califica el naturalismo de fracaso. Gabriel considera que es erróneo definir la mente como una clase natural y reducirla a mecanismos físicos. El giro de Gabriel es hacia el subjetivismo, el idealismo alemán, la fenomenología y la hermenéutica aplicada a las teorías narrativas del yo. El filósofo alemán propone un naturalismo sensato.

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    • >> Si la conexión causal está solo en nuestras mentes a Hume no le quedaba otra que proponer que la experiencia mental reflexiva del observador tiene la misma o parecida validez que la investigación experimental.

      Pero, al final, los dos son variedades de experiencias mentales, unas de tipo perceptivo y otras de tipo reflexivo/argumentativo. No creo que ninguna de las dos, encerradas en la mente, y considerando lo que ya está en la mente, sean suficientes para salir de la mente.

      >> Es decir, que el observador efectúe una mirada crítica sobre sus procesos mentales correlacionales me parece la única manera de salir del bucle.

      A mi modo de ver la única forma de salir del bucle es no aceptar el planteamiento cartesiano de que lo primero que conocemos es lo que está en la mente, los procesos mentales, el Yo Soy. Hume no es más que un desarrollo -en una dirección particular- de este planteamiento.

      Para salir de este callejón sin salida, lo que hay que hacer es dar marcha atrás.

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    • Para Hume la causalidad está en la memoria, en una sucesión temporal y contigüidad espacial, en una estructura del pensamiento (lo que servirá de base a Kant para su Crítica de la Razón Pura) no en el instante presente de una experiencia sensible.
      Aunque se ha señalado a Hume contrario a la metafísica más bien habría que incluirlo entre los reformadores de la misma.

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  4. Génova, yo no me propongo, y creo que Hume tampoco, salir de la mente. Se trata de hallar un tipo de razonamiento adecuado, no para salir de la mente, sino para entenderla mejor. El bucle es tanto una experiencia mental reiterativa como la dificultad de elaborar un razonamiento que explique el bucle. Hume intentó explicarlo y lo hizo con acierto, en mi opinión. El hecho palmario que indica que el cerebro tiene un funcionamiento robótico o cuasi robótico es hallazgo preclaro de Hume.

    Si la conversión humeana, que establece un paréntesis reflexivo y cualitativo, te parece un regreso a Descartes, algo bueno tendrá el método del sabio francés.

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    • >> yo no me propongo, y creo que Hume tampoco, salir de la mente

      Yo en cambio me propongo no entrar en una mente sin salida, como las trampas para pulpos. Antes decía que la única forma de salir de un callejón sin salida es marcha atrás. Pero en realidad lo mejor es no entrar en el callejón.

      >> El hecho palmario que indica que el cerebro tiene un funcionamiento robótico o cuasi robótico es hallazgo preclaro de Hume.

      Veo que antes te había entendido mal. Que el cerebro tiene funcionamiento robótico no es ningún «hecho palmario». Es una interpretación forzada a partir de su materialismo.

      Digo forzada, porque no puede dar cuenta de toda la riqueza de nuestra experiencia. Lo que hace es precisamente negar la realidad de esas experiencias que no encajan en sus postulados materialistas. De eso va precisamente el artículo que te he mencionado, y la serie de artículos en este blog.

      Descartes y Hume tienen ambos muchas aportaciones importantes. Eran pensadores muy inteligentes y profundos. Pero no me parece aceptable el encerramiento de la mente en sí misma, lo que los filósofos llaman «solipsismo».

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      • «Digo forzada, porque no puede dar cuenta de toda la riqueza de nuestra experiencia. Lo que hace es precisamente negar la realidad de esas experiencias que no encajan en sus postulados materialistas. »

        Thomas Kuhn en su Estructura de las Revoluciones Científicas creo que te daría la clave cuando muestra que los paradigmas en la ciencia normal nunca explican todos los fenómenos que se pueden dar en un campo sino que se centran en aquellos más prometedores para los integrantes del paradigma, el resto realmente o se ignoran o se minusvaloran.

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  5. “El nombre de átomo se puso en honor a los atomistas a la parte divisible de un elemento que conserva sus propiedades pero desde luego es divisible”.

    El diccionario de Ferrater Mora ofrece otra definición de átomo. Algunos autores entienden que el concepto de átomo procede de la esfera inmutable de Parménides que, una vez dividida, genera la multiplicidad de los átomos que puebla la materia.

    Este argumento está en conflicto con el atomismo de Demócrito que postula que el átomo es indivisible. Dado que Demócrito aceptaba la realidad del vacío resulta que los átomos tienen movimiento y enlazan entre sí. Además tienen tamaño, forma y peso. En el atomismo democríteo cualquier elemento depende de modo crítico de la indivisibilidad del átomo.

    Es evidente que la física experimental ha conseguido modificaciones del átomo, por ejemplo la ruptura del núcleo atómico en los procesos de fisión. Pero en términos democríteos el átomo es indivisible.

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  6. Rawandi dixit:

    «Cierto. Pero el materialismo metodológico de la ciencia lleva más de cuatro siglos de éxito continuado, y esta trayectoria exitosa resultaría sumamente improbable si el materialismo ontológico no fuera verdadero.»

    Nadie puede negar que la ciencia tiene un papel crucial, pero vuelvo a repetir que una cosa es la ciencia y otra el materialismo.
    Por cierto la valoración de algo (que algo sea exitoso o no) no se hace desde la ciencia, que no es capaz de dar cuenta de los valores, de la axiología. Éso está en el campo de la ideología y el discurso.

    «En realidad, gran parte del saber científico permanece sin cambios. Por ejemplo, las ecuaciones de Newton no cambian ni cambiarán. Ahora forman parte de la teoría de Einstein, pero nunca será»n desechadas»»

    Sí, si cambiaron, fueron reformuladas para que casaran con las ecuaciones de Einstein, y de hecho los conceptos que había detrás cambiaron de forma radical: el tiempo y el espacio no son absolutos en la teoría de Einstein y sí lo eran en Newton. En Einstein se ve el influjo de Kant, al que leyó con profusión, y a Faraday que le influyó con la adopción de la «extraña» idea de campos, por cierto muy poco materialista.
    En filosofía de la ciencia existe el concepto de inconmensurabilidad y éso son ambas teorías: inconmensurables.

    «De igual modo, quien practica al materialismo metodológico para averiguar la verdad sobre el universo, si es coherente, reconocerá ser un materialista.»

    Entonces tendrás definir que es un materialista porque no creo que todos convengan contigo en esa creencia metafísica que percibo tan dogmática. Tu puedes usar y hablar en términos materiales en muchas esferas de tu vida pero eso no implica nada más que su uso en esas esferas, fuera de ellas puedes ser lo que quieras y percibas como más acorde: pluralista, monista, dualista, ateo, creyente, agnóstico, cristiano, islamista, judio, budista, hinduista, sintoista, neopagano….

    «El método científico es la verificación empírica de las hipótesis. Por tanto, no es cierto que tenga “sus límites en lo cuantitativo”.

    No hay tal cosa como el método científico tal como lo has definido. Métodos científicos hay muchos, los métodos son acordes al objeto que tiene cada ciencia y no al revés. Por lo tanto son plurales, como las ciencias.
    El método se inicia con Descartes que fue el que definió la res extensa, el mundo exterior, como lo medible. ¨Por tanto el método nace cuantitativo y basado en una petición de principio, útil pero no por eso única, ni siquiera «verdadera».
    Naturalmente para un geómetra como Descartes con medir es suficiente, pero eso deja al resto de las ciencias bastante cojas por lo que tienen que «otorgar» otras propiedades a los objetos que estudian. Dicen que Descartes sacó por la puerta a Aristóteles pero que después lo tuvieron que introducir de nuevo por las ventanas.

    «Nada queda fuera del método científico.»

    Pues va a ser que sí, muchas cosas, desde la filosofía, la estética, la religión, la imaginación, el sentido común, la ética, la política, la tradición., la espiritualidad…Que seas un cientificista de manual habla más de el desastre educativo de la sobreespecialización de esta sociedad postacapitalista y productiva que otra cosa. No te preocupes, se cura leyendo otras cosas.

    “En el siglo XVII se usaba metodología material pero no era incompatible con las creencias religiosas.”

    «En el siglo XVII la Iglesia te torturaba y te ejecutaba si te atrevías a negar sus dogmas. En realidad, la ciencia y la religión siempre han sido inconciliables. Lo que pasa es que ahora existe libertad de expresión y se puede exponer dicha inconciliabilidad, mientras que en el siglo XVII resultaría muy peligroso porque se vivía en un régimen teocrático.»

    No te voy a negar que hubo fanáticos y que los monoteismos y la idea de Verdad plátonica (verdad con mayúsculas) ha hecho mucho daño. Pero te hago ver que no se aleja mucho de ese intento de imponer la Verdad del materialismo que parece que adoleces.
    Para ser justos hay que decir que sin escolástica no se hubiera armado la filosofía que dio lugar a la ciencia y que sin la Iglesia no hubiera habido universidades ni revolución científica.

    «Hombre, estás cogiendo el rábano por las hojas. La cuestión de la indivisibilidad del átomo es un aspecto secundario. Lo esencial, como bien sabía Feynman, es la idea de los corpúsculos en movimiento que se combinan para formar todos los diversos cuerpos con sus diversas propiedades emergentes. En eso coinciden Demócrito y la ciencia moderna.»

    Átomo significa «no partes». En esencia es indivisibilidad.
    Propiedades emergentes en Demócrito? perdona pero eso no cuela.

    “Voltaire decía que no creía que por meter en un sacó un puñado de polvo y agitarlo hasta pasados unos cuantos de miles de millones de años se abriese el saco y saliesen cuadros, jarrones, poemas y flores. Yo soy de su misma opinión.”

    La ignorancia de Voltaire es disculpable porque vivió en tiempos predarwinianos. Pero esa excusa no es válida en tu caso, Ricardo. Espero que tú no rechaces la teoría científica de la evolución, como hizo Popper en uno de sus momentos más irracionales.

    Vas mal encaminado, en tiempos de Voltaire ya se postulaba la evolución, otra cosa es la teoría de la selección natural de Darwin.
    Y no, no rechazo la evolución pero eso no me hace mecanicista, materialista o siquiera neodarwinista. Por cierto, la teoría de la evolución se aplica a los seres vivos, no a los objetos inanimados.

    Popper dio con una clave curiosa: la teoría de la selección natural no es falsable, es metafísica.

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  7. Parece ser que una de las características del naturalismo fue una reacción al sobrenaturalismo o trascendentismo. En este sentido autores como Demócrito y Epicuro efectuaron un giro que hacía del naturalismo sinónimo de materialismo.

    El materialismo también aparece en la India en el siglo V antes de nuestra era. Un filósofo de nombre Chárvaka estableció una escuela contraria a la doctrina védica, Chárvaca argumentaba que el mundo es cambiante y fortuito, circunstancia que aconsejaba hallar la felicidad de un modo práctico. Budismo, jainismo y algunas corrientes hinduistas asumieron algunas de sus propuestas.

    Otra aproximación al naturalismo que me parece interesante la encontramos en Tomás de Aquino. Este autor ofrece cuatros definiciones de naturaleza, en una de ellas dice que “natura” es el principio intrínseco o inmanente de un movimiento. De alguna manera la propuesta de Aquino recuerda el atomismo democríteo que reconoce la pluralidad agitada de los átomos desplazándose en el vacío, lo que remite al movimiento inmanente de la naturaleza y sus objetos.

    Rawandi escribe que gran parte del saber científico permanece sin cambios y que las ecuaciones de Newton no cambian ni cambiarán, y que ahora forman parte de la teoría de Einstein pero nunca serán desechadas. Aquí conviene matizar que el primero en criticar la perspectiva newtoniana fue Einstein. Esta crítica condujo a la modificación de la mecánica de Newton y supuso la creación de las dos teorías relativistas que rompían con el paradigma anterior.

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  8. Encontrado esta mañana en un relato de Ted Chiang («El Comerciante y la Puerta del Alquimista», Exhalación, editorial Sexto Piso 2020):

    «Coincidencia e intención son las dos caras de un tapiz, mi señor. Nos puede resultar más agradable mirar una, pero no podemos decir que una sea verdadera y la otra falsa.»

    Creo que ejemplifica bien esa dicotomía entre el relato en primera persona, que entiende la intención, y en la tercera persona, que explica en función de la observación tal y como la podría entender Descartes.

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    • Muy cierto. El relato del metodo científico siempre es en tercera persona, por eso siempre deja fuera al Yo.

      Por eso no puede haber, propiamente hablando, un experimento científico que determine si «algo» es una persona con intenciones propias. El Test de Turing no es, en ese sentido, un experimento científico.

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      • Siempre me ha parecido turbador las implicaciones de salida de Turing, plantear una máquina que engañe con sus respuestas de tal forma que creamos que piensa no deja muy bien parada la búsqueda de una verdad. Es tremendamente postmoderno.

        No creo que la intención sea reducible a la física ni siquiera a un software, no lo creyó así tampoco Hilary Putnam el padre del funcionalismo que terminó abandonando su teoría. Como transformar lo cualitativo en cuantitativo o como lo llama alguno, el problema grande de la conciencia.

        Leyendo a los neurocientíficos y neurofilósofos parece que han tirado la toalla pero en un sentido de negar la mayor, todo es una ilusión, una proyección: el yo, la intención, la conciencia, La mente, según mas de uno que no se corta un pelo en promulgarlo, es una proyección. No han reparado en los problemas más que evidentes de esa pseudoexplicación., Creen haber batido a Descartes, el iniciador de su forma de pensar, pero no dejan de recrearlo.

        En fin, un placer.

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      • >> Leyendo a los neurocientíficos y neurofilósofos parece que han tirado la toalla

        Quizás no todos.

        Raymond Tallis. Why the Mind Is Not a Computer: A Pocket Lexicon of Neuromythology. Exeter: Imprint Academic, 2004.

        David Gelernter. The Closing of the Scientific Mind. Commentary, Jan 2014, pp. 17-25. Este no es propiamente un neurocientífico, sino un científico de la computación.

        >> En fin, un placer.

        Un placer compartido.

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  9. En mi opinión, Descartes sigue a Aristóteles al incluir el sentir o la sensación en la razón pensante. Pensar y sentir son dos modos de la razón que no rivalizan en su cometido, aunque el sensacionalismo cartesiano tiende a proyectarse en el cuerpo. El problema se presenta cuando la sensación se presenta en un magma de pasiones y afecciones cuyo análisis no puede depender del puro entendimiento que solo percibe las naturalezas simples. Descartes da otro paso y escribe que:

    “Tampoco veo dificultad en entender que las facultades de imaginar y de sentir pertenecen al alma porque son especies de pensamientos; y, sin embargo, sólo pertenecen al alma en tanto está unida al cuerpo”.

    ¿Si son especies de pensamientos cuál es su género?

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  10. El experimento mental de Schrödinger me parece intencional, se trata de una propuesta destinada a refutar el aspecto estadístico de la mecánica cuántica. El hecho de que el gato esté vivo o muerto hasta que el observador determina su estado mediante una medición parte de un axioma: que el gato está muerto y vivo al mismo tiempo.

    Ahora bien, el axioma tiene que explicarse desde la intencionalidad del observador que abstrae el fenómeno cuántico para conseguir una descripción clásica o macroscópica. De hecho, Schrödinger pone sobre la mesa la posibilidad de que haya axiomas irracionales, bien por su fenomenología exótica, bien por un formalismo novedoso que rompe con esquemas anteriores o bien porque se introduzcan elementos arbitrarios.

    Si un axioma es irracional queda al albur del observador explicar sus características. Esto conduce, en mi subjetiva opinión, al aspecto sensacional de la razón pensante. Si Schrödinger “siente” que el gato no puede estar muerto y vivo al mismo tiempo resulta que su crítica es plenamente intencional con independencia de su verdad o falsedad. Y viceversa, también es intencional la dualidad implícita en el gato del experimento que defiende buena parte de los mecánicos de la cuántica.

    No estoy equiparando sensación con irracionalidad, esto resulta fatal para el método científico. Simplemente sugiero que orillar el aspecto sensible de la episteme del investigador dificulta el desarrollo del método científico.

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  11. Pingback: Abducción: el origen de las hipótesis científicas – El Loco de la Colilla

  12. Me vas a perdonar que me meta pero ¿Qué significa existencia ontológica? ¿No es redundante esa expresión? Es como decir conocimiento gnoseológico ¿Es que acaso puede existir algo que esté fuera de la existencia? ?¿o conocer algo fuera del conocimiento?

    «NO, no puedes afirmar la existencia ontológica de conceptos únicamente humanos»
    ¿Puedes explicar que conceptos hay que no sean puramente humanos?

    Gracias.

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    • Ricardo, he borrado los últimos comentarios de Theogonist en esta entrada porque el tono ha sido inaceptablemente agresivo. Lo lamento si tenías interés en pedirle alguna aclaración.

      Saludos

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      • Hola Gonzalo.

        Era de esperar que lo hicieras por las palabras y el tono. Es curioso como se calientan los foros hablando de metafísica. Y luego dicen que no tiene importancia.

        Un saludo!

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